Uno vino de menos a más y sueña con ganar la Copa del Mundo, el único gran trofeo que le falta conquistar; el otro todo lo contrario, vio truncado su sueño ante Marruecos y terminó siendo suplente.
Se trata del argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, las máximas figuras de Qatar que viven tiempos muy diferentes.
Uno, Messi, guía los hilos de un equipo que, ante las combinaciones y sorpresas, ahora es uno de los grandes favoritos para llevarse la Copa del Mundo.
El otro, Cristiano, perdió la titularidad y se disciplinó, acató las órdenes de su entrenador, que dejó al mundo sin poder disfrutar más minutos de Ronaldo en el campo de juego.
Hoy Messi sueña y hace ilusionar a todo un país con ganar la Copa, mientras que Cristiano dejó el torneo en medio de lágrimas y lamentos, pues sabe que pudo hacer sido su último Mundial.
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El camino que recorrieron ambos jugadores en el torneo ha sido muy distinto, e incluso, muy cambiante, pues mientras Messi arrancó la justa mundialista en medio de la presión hacia un equipo que no terminaba de convencer, el otro lo hizo marcando gol, convirtiéndose en el primer jugador en anotar en cinco mundiales.
Sin embargo, la historia dio un giro, ‘La Pulga’ se reencontró con el gol en su segundo partido de fase de grupos ante México, para conseguir el triunfo, lo volvió a hacer ante Australia y después frente a Países Bajos, quedando demostrado que es el hombre más importante de Argentina en la Copa de Mundo.
Cristiano, por su parte, disputó los siguientes partidos relegado al banquillo de suplentes por el técnico Fernando Santos, convirtiendo un gol de penalti en cinco partidos. Su reciente rescisión de contrato con el Manchester United, anunciado justo después del inicio del Mundial, eclipsó posiblemente el paso del portugués.
Ahora la mesa parece estar servida para que, el considerado por muchos como el mejor jugador del mundo, levante por primera vez con el trofeo de la máxima justa mundialista sin que nadie la haga sombra.
A menos que el francés Kylian Mbappé diga otra cosa, pues a sus 23 años apunta a ganar un segundo título del mundo.