Monterrey.- Aficionados regios de los 49ers de San Francisco y los Chiefs de Kansas City disfrutaron del Super Bowl LVIII en distintos puntos de la ciudad.
La distancia y las barreras culturales no les impidieron apoyar a sus respectivos equipos en el partido más importante de la temporada en la NFL.
Seguidores de los Jefes vieron a su equipo conquistar el trofeo Vince Lombardi en la explanada del Estadio de Béisbol Monterrey.
La nueva dinastía del futbol americano de Estados Unidos, consagrada con un back to back, hizo vibrar a los regios hasta el último segundo del tiempo extra, cuando Patrick Mahomes lanzó el pase para el touchdown definitivo.
Mientras que los aficionados de 'Niners' se reunieron en un casino de la zona de Mitras, en la capital del estado, y terminaron en silencio en la última jugada, al quedarse a un segundo del campeonato.
Contrario a años anteriores, que en su mayoría el conglomerado de cada equipo se daba cita en varios restaurantes de la ciudad, para este Super Bowl se priorizó la unión.
Los eventos contaron con áreas de recreación para los más pequeños y pantallas gigantes para disfrutar del partido y el show de medio tiempo.
En ambos puntos la euforia inicial cambió por la tensión de cada jugada, producto del accionar defensivo que mantuvo los puntos al mínimo.
Los fans de San Francisco se mostraron inmersos en el juego y las personalidades que destacaban, como es el caso de la cantante Taylor Swift, quien fue abucheada en todas las veces que apareció en las pantallas.
En el casino la emoción se adueñó de los regios cuando su equipo se puso en ventaja por 10 puntos, pero la felicidad se esfumó cuando la maquinaria de Kansas City comenzó a trabajar.
Dos goles de campo y un touchdown sin respuesta, dieron la ventaja a los Chiefs, cuyos aficionados estallaron en emoción ante el silencio de los 'Niners'.
Los papeles se invirtieron constantemente a lo largo del partido, incluyendo el tiempo extra, hasta que la ofensiva de Kansas City se impuso a la defensa de San Francisco, haciendo estallar de emoción a los regios en el Estadio de Béisbol.