Monterrey.- En cada gran historia, hay un antagonista que eleva la trama, un rival que hace que cada batalla tenga sentido. Para Tigres Femenil, esa rival fue Rebeca Bernal. La capitana de Rayadas jugó su último Clásico Regio Femenil en una noche que, más allá del 5-1 en el marcador, estuvo marcada por la despedida de una jugadora que hizo de esta rivalidad una de las más intensas del futbol mexicano.
En el deporte, se necesita un gran rival para escribir las mejores páginas de la historia. Y Bernal lo fue. Tigres Femenol la abucheó, la silbó y la presionó, pero también la respetó. Ahora, sin ella en la Liga MX Femenil, quedará un vacío en la cancha y en los Clásicos.
Un adiós entre abucheos y respeto
Desde antes del partido, el ambiente en el Gigante de Acero era de despedida. La afición rayada se preparaba para decirle adiós a su capitana, mientras que las Amazonas llegaban listas para competirle a su eterna enemiga una última vez. Entre la rivalidad y la nostalgia, aficionadas felinas no dudaron en reconocer el legado de Bernal:
- “Le deseo el mejor de los éxitos, que le vaya muy bien”.
- “Muchas gracias por siempre brindar esa competitividad en los Clásicos, la vamos a extrañar en la liga”.
- “Todo tiene un ciclo y la liga le quedaba un poco chica, éxito y felicidades por su decisión tan sabia”.
- “Dejó un gran legado, es alguien que inspira a nosotras como mujeres a llegar a esos lugares que parecen inalcanzables”.
A lo largo de la noche, las emociones se mezclaron con el futbol. El partido arrancó con un error de Bernal que terminó en gol para Tigres, un giro inesperado en su último enfrentamiento ante su rival más fuerte. Pero a pesar del golpe, Rebeca nunca dejó de competir, tal como lo hizo desde que debutó con Rayadas.
El mejor homenaje
El adiós de Bernal no podía ser de otra manera. Tigres Femenil le dio la despedida que merecía: jugando su mejor versión, demostrando su poderío y elevando la rivalidad a su punto máximo. Las Amazonas dominaron y su afición coreó “¡Olé, olé!”.
Te podría interesar
Al final, tras el silbatazo final, Bernal se fundió en un abrazo con Jacqueline Ovalle, su última despedida con una de las jugadoras que más veces enfrentó.
Pero el momento más emotivo llegó cuando el Gigante de Acero apagó sus luces y solo quedó el brillo de las lámparas de los aficionados, una escena que se sintió como un último aplauso para la 'Capi'.
Luego, dio la vuelta al estadio, recorriendo el campo que fue su casa, saludando por última vez a la afición que la vio convertirse en leyenda.
Así se despidió Rebeca Bernal, la mejor enemiga que Tigres Femenil pudo tener.