Torreón.- Los pasillos del Estadio TSM fueron testigos de una de las noches más tristes en la historia reciente de Rayados. Tras la inesperada eliminación en Concachampions a manos de Vancouver Whitecaps, los jugadores del Monterrey salieron en silencio, con la mirada al piso, las caras largas y el gesto endurecido.
Uno de los primeros en abandonar la zona mixta fue Gerardo Arteaga, quien, pese a su evidente frustración, se tomó un momento para saludar a un trabajador de Santos Laguna, equipo en el que se formó como futbolista. Un apretón de manos, un cruce de palabras y una sonrisa que se desvaneció rápido en su rostro.
Detrás de él, Jordi Cortizo, Erick Aguirre e Iker Fimbres salieron a paso acelerado, sin mirar a los costados. Roberto de la Rosa, con audífonos puestos, fingió no escuchar la solicitud de entrevista y se limitó a seguir su camino con la cabeza gacha.
Uno de los más esperados era Sergio Canales, pero el español tampoco se detuvo. Con un rostro serio y sin detenerse, levantó un pulgar en señal de respuesta a los reporteros, aunque sin emitir palabra alguna. A su lado, Jorge 'Corcho' Rodríguez mantuvo la misma actitud, caminando a paso firme y sin gestos. Ambos evitaron pasar por la zona mixta, frente a los medios.
Los últimos en salir fueron Germán Berterame y Sergio Ramos. Berterame, con semblante de enojo, pasó de largo sin voltear, mientras que Ramos, con un bolso en mano, solo extendió la palma en señal de negativa a los medios que lo esperaban.
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La escena lo decía todo: no había ánimo de hablar, solo de marcharse lo antes posible.
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