Texas. – Roy Guerrero, pediatra que trabaja en el Uvalde Memorial Hospital, describió con horror lo que le tocó ver aquel 24 de mayo, cuando un joven llamado Salvador Ramos irrumpió la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, y accionó un rifle con el cual asesinó a 21 personas, siendo 19 estudiantes menores de edad.
Ante el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, el pediatra detalló lo difícil que será para él olvidar la tragedia, así como también los llantos de las madres de familia que perdieron a sus hijos aquella tarde.
“Esos llantos de madres nunca me los quitaré de la cabeza. Sé que nunca olvidaré lo que vi ese día”, dijo.
Al acudir a la sala de emergencias, a donde una multitud de niños habían sido trasladados luego de haber recibido impactos de bala, al hombre testificó que se encontró con un par de cuerpos decapitados y desgarrados, lo que hacía difícil identificarlos de no haber sido por la ropa que llevaban puesta.
“Dos niños cuyos cuerpos fueron pulverizados por las balas disparadas contra ellos, decapitados, cuya carne fue desgarrada (…) La única pista de sus identidades fueron los pedazos de ropa de dibujos animados salpicados de sangre que aún se aferraban a los cuerpos”, lamentó.
Al ver la magnitud de la escena, Guerrero dijo haber deseado que hubieran sido los únicos dos niños muertos, sin embargo, declaró que, por más que esperó, nunca llegaron al nosocomio personas sobrevivientes.
“Esperaba que esos dos cuerpos fueran una trágica excepción en la lista de sobrevivientes. Pero mientras esperaba con mis compañeros médicos, enfermeras, paramédicos, por las demás víctimas, los sobrevivientes nunca llegaron. Sólo quedaban los cuerpos de 17 niños y las dos maestras que los cuidaban”, relató.
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Finalmente, el pediatra hizo un llamado a las leyes de Estados Unidos referentes a la ´posesión de armas de fuego y aseguró que, de existir regulación, no hubiera sucedido tal matanza.
“Los niños inocentes de todo el país hoy están muertos porque las leyes y las políticas permiten que las personas compren armas antes de que tengan la edad legal suficiente para comprar un paquete de cerveza (…) Están muertos porque se ha permitido que caduquen las restricciones”, puntualizó.