Pensilvania. – Un joven de 27 años murió víctima de estrangulación ocasionada por su propia mascota serpiente en Pensilvania, Estados Unidos.
El deceso del individuo, identificado como Elliot Senseman, se dio cuatro días después de haber sido encontrado tendido en el suelo de su domicilio, ubicado en el condado de Lehigh, con la boa de 4.5 metros alrededor de su cuello.
El hallazgo tuvo cabida el pasado 20 de julio y uno de sus familiares dio aviso a las autoridades. Al llegar al domicilio, un policía accionó su arma de fuego directo a la cabeza del animal, matándolo en el acto y poniendo a salvo al hombre que fue llevado de urgencia a un hospital local.
"Debido a que la serpiente era tan grande, la sección media de la serpiente estaba envuelta alrededor de la garganta. La cabeza de la serpiente estaba lo suficientemente lejos de la víctima como para que el oficial tomara una decisión en una fracción de segundo y procedió a dispararle a la serpiente en el cabeza", dijo el teniente Peter Nickischer del departamento de policía del municipio de Upper Macungie.
La salud de Senseman no mejoró en lo absoluto y terminó perdiendo la vida a causa de una lesión cerebral atóxica debida a asfixia por constricción.
“Llevo 19 años haciendo este trabajo y es la primera vez que veo algo así", añadió el oficial.
Las investigaciones entorno a la muerte del hombre siguen en pie, pero se descubrió que la víctima tenía más de estos animales en su residencia.
Las boas son serpientes que pueden llegar a medir cinco metros de longitud; el color de su piel suele ir de café bronceado a gris y es sencillo reconocerlas gracias a que en la superficie lateral de su cuerpo tienen una serie de manchas oscuras con el centro claro.
Es una especia carnívora, sin embargo, su estrategia de caza se basa en asfixiar a sus víctimas, las cuales devora una vez que su corazón deje de latir.