Monterrey.- Desde hace casi 80 años, la colonia Garza Cantú se encuentra convertida el epicentro de la contaminación en Nuevo León.
Ubicada a un costado de la siderúrgica Ternium (antes Hylsa), sus habitantes, al igual que los estudiantes de la UANL, respiran diariamente toneladas de ácidos y azufre.
Todos los días don Mario, de 75 años, toma su escoba y barre la capa de polvo color marrón de la calle y la banqueta de su casa; no importa cuánto se esmere, el polvo de óxido oscuro siempre regresa.
Doña Mary lo observa desde el pequeño parque sobre la glorieta de la colonia. Con una mano impulsa a su hija de 8 años que juega en un columpio, mientras que con la otra frota su nariz y observa el polvo que sale de sus fosas nasales.
“Se me irrita mucho la nariz y me sale polvo negro, en ocasiones también hay polvo en mis oídos... y si caminas con un pantalón blanco, de rato ya se ve obscuro”, señala.
Lo que doña Mary y Don Mario respiran es hollín, producto del proceso de transformación del acero que se realiza a sólo unos metros de sus casas, en la Planta Ternium Vicente Guerrero, ubicada en la colonia Cuauhtémoc en el municipio de San Nicolás.
La planta, que se encarga de extraer el mineral del hierro, convertirlo en polvo y posteriormente transformarlo, emite diariamente al medio ambiente contaminantes como: Ácido clorhídrico, bióxido de azufre, metano y otros hidrocarburos, hidróxido de sodio y potasio, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, partículas suspendidas que después se convierten en ozono, y zinc.
A su otro costado, las plantas de Ternium, se encuentran flanqueadas por el mayor complejo estudiantil del estado, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde miles de jóvenes respiran diariamente el mismo aire tóxico y contaminado que los habitantes de las colonias aledañas.
El complejo incluso cuenta con unidades deportivas y un estadio de fútbol profesional. Ahí se ubica la Estación de Monitoreo Ambiental del Gobierno de Nuevo León, que durante el 2021 registró los peores índices de calidad del aire en la zona metropolitana.
En total fueron 223 días por encima de la norma ambiental, mientras que en 2020 el registro fue de 153 días. Para el ecologista Guillermo Martínez Berlanga, la planta de la italoargentina Ternium debe ser reubicada fuera de la zona metropolitana, una idea que no es nueva pero que sigue sin concretarse.