Monterrey.- Es tiempo de frío y La Boca lo sabe, pues, cuando cesan las precipitaciones y baja la temperatura, año con año, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) decide aumentar 4.5 hectómetros cúbicos el nivel máximo con el que puede ser operada esta presa.
Y es que la delimitación de un NAMO, así como de un Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias (NAME), les da a las autoridades un margen para desfogar los embalses y evitar riesgos, pero durante el periodo noviembre-febrero, hay menos posibilidades de desbordamientos.
De acuerdo con el último reporte de la Conagua, correspondiente a las 6:00 horas de este lunes, el NAMO de La Boca es de 39.5 hectómetros cúbicos, a diferencia del establecido durante la temporada de lluvias, que fue de 35 hectómetros cúbicos.
En respuesta a una consulta de ABC Noticias, el Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua descartó que permitir que se almacene más agua en la presa santiaguense durante los próximos cuatro meses represente un peligro de inundaciones en comunidades aledañas, como sucede entre junio y septiembre.
“El NAMO de estiaje o de invierno es superior debido a que en esta temporada se registra históricamente un menor índice de precipitación o avenidas extraordinarias de agua, lo que permite un mayor almacenamiento sin que esto represente un riesgo a la seguridad de la presa.
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“En el NAMO de lluvias o de verano, que va del 1 de junio al 30 de septiembre, es en la temporada en que se registra históricamente un índice mayor de precipitación, por lo cual el NAMO disminuye por seguridad de la presa”, escribió el departamento de Comunicación del Organismo.
Incluso ya con su NAMO ampliado, La Boca amaneció al 99.2 por ciento de su capacidad de almacenamiento. El Cuchillo, por su parte, cuenta con un llenado del 103.9 por ciento. Cerro Prieto está al 115.3 por ciento.
El pasado 4 de noviembre, ABC Noticias publicó que un invierno helado y anormalmente seco, con hasta 55 por ciento menos de lluvias respecto al promedio histórico, es lo que se espera este año en Nuevo León, de acuerdo con María del Rayo, meteoróloga de la Conagua.