“Más del 80% de los pagos de servicios se hacen, presencialmente. La gente sigue yendo a un Oxxo y paga $15 pesos adicionales de comisión; siguen haciendo una fila de 30 minutos para pagar un servicio, al sol, con calor”, afirma Kevin Litvin, Chief Business Officer (CBO) y cofundador de Tapi.
Esto se debe, dice, a que “la confianza sobre los productos digitales todavía deja mucho que desear y la gente no decide al 100% migrar su experiencia a un camino digital”.
Frente a ello, Tapi, una agregadora de pagos digitales fundada en 2021 por emprendedores argentinos, quiere ser el puente que conecte a las empresas fintech, los neo bancos (intermediarios financieros que operan 100% de forma digital) y las billeteras electrónicas con el usuario mexicano.
El efectivo, amplía Litvin, implica una cadena costosa e ineficiente para el usuario, pues obliga a tener personal para la cobranza, un pago de seguridad y camiones para el traslado de efectivo para hacer el cobro puntual de las facturas.
Los clientes de empresas como esta agregadora no son el usuario final que realiza un pago digital, pues operan invisiblemente a través de la tecnología de firmas que los contratan. Su objetivo es ofrecer mejores experiencias a los usuarios y, con ello, apuntalar el uso de los pagos electrónicos.
En México, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2021 reveló que los pagos por debajo de los $500 pesos se realizan con efectivo en el 90% de los casos y en aquellos por encima de los $500 pesos, el efectivo corresponde aún casi al 80 por ciento.
Esta situación pone en perspectiva que la migración a un mayor uso de tecnología digital y a los pagos electrónicos es aún tarea cuesta arriba. Aun así, las nuevas generaciones suelen ser más abiertas para estas modalidades.
Tapi llegó en 2022 a México, con la meta de convertirse en el “principal actor en pagos digitales de servicios”, dice Litvin.
Sin embargo, el ejecutivo explica que el ecosistema de agregadores en México, más que una competencia, implica un trabajo conjunto para impulsar la digitalización de los pagos.
La empresa ya opera en Colombia, Argentina, Perú, México y Chile.