El mejor negocio

Escrito en OPINIÓN el

Hace algunas décadas era inaudito para los padres de familia aceptar que sus hijos optaran por dedicarse a ser artistas o astronautas.

La respuesta convencional sería: “Primero estudias algo decente, sacas tu título y después te dedicas a lo que te gusta”. Esta creencia de que estudiar o dedicarse a algo radicalmente distinto a una carrera “sólida” como abogado, ingeniero o médico, era (y en muchos casos sigue siendo), una completa aberración y un error que coartaría un futuro prominente de vida de las personas.

Independientemente de esta creencia, hoy en día, se ha estudia cuáles son las carreras o vocaciones que la economía mundial y nacional de cada país demandan; cuáles carreras estan sobrepobladas y que consecuentemente deriva en cúmulos de profesionistas sin trabajo estable.

De igual manera, cuáles son las carreras que se ocuparán en los años futuros, (dado el ritmo de la tecnología y las nuevas industrias).

Está muy claro que los mecatrónicos y expertos en inteligencia artificial, así como los que se dediquen a estudiar las energías limpias y en general a innovar en los temas torales y disciplinas que hoy representan los retos más grandes de nuestro entorno tales como la salud mental, contaminación, corrupción entre otros, serán los tenedores del poder laboral y económico.

De igual manera, algo que claramente está cambiando es la tendencia hacia la especialización, tanto en los temas técnicos como en las competencias que los alumnos y profesionistas tienen.

En el primer mundo, (y más tarde en el tercer mundo igual), importará menos el título de la universidad así como el grado de estudios y por el contrario tendrá relevancia la especificidad técnica y las “insignias” de competencias que la fuerza laboral tiene. Cada vez serán las habilidades blandas y la experiencia en aquello que “sólo esa persona conoce” los diamantes a contratar en el pool de fuerza laboral.

Cada vez será más importante tomar en consideración cómo atacar el estrés laboral y reducir de forma eficiente y eficaz el tiempo que cada trabajador devenga en la oficina o en el trabajo telemático.

Todo apunta a que hay una corriente de “despertares” que nos llevará a darnos cuenta que cuidar la salud mental aunado a optimizar las dosis idóneas de trabajo para ser más eficientes y dedicándonos a lo que más nos apasiona, es el mejor negocio.