Los Juegos del Agua
La crisis del agua está sacada como de una película de ciencia ficción, la de los Juegos del Hambre ahora se llama los Juegos del Agua. Días, semanas y meses pasan sin que Nuevo León pueda encontrar una solución a la crisis que enfrentamos.
Para conocer las razones hay que remontarnos a la historia que irrefutablemente nos demuestra la falta de visión y atención que en los últimos 30 años nuestro estado ha padecido.
De 1963 a 1993 se construyeron las 3 presas más importantes del estado, La Boca, Cerro Prieto y Cuchillo, el mismo periodo de tiempo ha transcurrido sin que se construya una sola presa más, la que está en proceso carece de importantes afluentes naturales para su llenado y en dimensión es más pequeña que Cerro Prieto.
La última oportunidad fue en el gobierno de Rodrigo Medina quien propuso el plan Monterrey VI que consideraba traer agua del Río Pánuco pero la politiquería se impuso ante la política y el proyecto fue cancelado.
Cancelar Monterrey VI fue una decisión igual de torpe, mezquina y politiquera que la cancelación del aeropuerto de Texcoco, ahora padecemos las consecuencias en ambos casos. Se dijo que la corrupción en ambas obras era el problema sin embargo en ninguna se acusó a nadie. Acusación sin culpables se convierte en populismo y se traduce en irresponsabilidad. Dispuestos a todo por ganar un voto.
Hoy estaríamos hablando de otras crisis, pero no de ésta que cancela muchísimas posibilidades de progreso y por que no, hasta de supervivencia.
En los últimos 30 años Nuevo León ha crecido el doble sin haberse realizado inversiones importantes en infraestructura hidráulica, así es imposible pensar en que la actual crisis tenga solución en el mediano plazo, depender de la lluvia no será suficiente, aún y cuando la naturaleza nos hiciera el favor, aunque parece que se niega y por lo pronto este año romperá récords históricos en sequía.
Es indispensable que el gobierno concentre todos sus recursos para resolver este problema. Esta crisis obliga, exige a que haya un replanteamiento de los proyectos de infraestructura anunciados, sin agua, no habrá nuevas líneas del metro, ni carreteras y mucho menos parques públicos.
El problema es tan grave que urge pedir apoyo federal, recursos extraordinarios, exigir el nuevo tratamiento fiscal tan prometido. Sacar agua de las piedras será imposible. En estos momentos es cuando el pacto federal debería hacer sentido, si no, entonces para que formamos parte del mismo.
Las buenas intenciones deben ir acompañadas de buenas decisiones. No es momento de librar batallas políticas si perdemos la guerra del agua. No hay tiempo que perder, la prioridad es el agua, solo así podremos sacar agua de las piedras en lugar de usar éstas para el golpeteo político que terminará irónicamente hundiéndonos, en la peor sequía.