El buen CEO, ¿nace o se hace?

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Escrito en OPINIÓN el

Cuando Mozart creó su primera sinfonía tenía sólo 8 años. A esa edad ya era conocido en toda Europa como el wunderkind, el niño prodigio. Otros artistas como Picasso también ya creaban obras  antes de la pubertad y ahora forman parte de la historia del arte. No sólo en el arte contamos con ejemplos de niños con habilidades extraordinarias que tienen la capacidad de cambiar el mundo que los rodea. También en el campo de la medicina encontramos casos como el de Akrit Jaswal, el niño hindú que a la edad de 7 años realizó su primera cirugía.

¿Qué ocurre con los grandes CEO´s, líderes de las organizaciones mundiales que marcan el ritmo de los acontecimientos globales? ¿Nacen líderes o se forman en el trayecto de su vida? Desde el campo de la ciencia, nos aclaran que no existe un gen de liderazgo. Se ha hablado de una secuencia de ADN que se asocia con la tendencia de una persona a ocupar posiciones de liderazgo, pero los estudios no son concluyentes.

Los líderes se forman. Y en esto coinciden académicos como Gautam Mukunda, académico e investigador de la Harvard Kennedy School's Center for Public Leadership  quien dice que quien es líder, tiene una visión del futuro pero debe desarrollar sus propias capacidades y habilidades. El sociólogo estadounidense Warren Bennis lo define como el poder de transformar una visión en una realidad.

El buen CEO tiene una visión que sabe comunicar para inspirar a otros a trabajar por ello. Son soñadores pragmáticos que tienen la habilidad de comprender las necesidades tanto de los integrantes de un equipo, como de la organización para la que colabora. Son personas que incluso en épocas de incertidumbre ofrecen un camino para retos que el resto de las personas no han imaginado.

Son disruptivos y pueden transgredir estructuras de corporaciones con el convencimiento de que sus acciones provocarán beneficios. Y justo en estos días donde nos enfrentamos a situaciones volátiles como una recesión, es que necesitamos de líderes disruptivos dispuestos a gestionar y tomar riesgos en un mundo de constantes cambios.

En el 2022 se requiere de un liderazgo más humano donde los líderes sepan aplicar estrategias empresariales que empaten con habilidades como la empatía y la capacidad de adaptación a la transformación. Para estos días, se necesita de un liderazgo con inteligencia emocional para que los equipos avancen en sus propósitos y mantener la calma bajo cualquier presión.

El llamado a los corporativos es a fomentar este tipo de liderazgo que rompe con el status quo y detona el cambio en las organizaciones. Líderes que escuchen a sus equipos y que los inspiren a cumplir sus propósitos. Y para ello, será prioritario que los líderes promuevan el crecimiento de sus colaboradores incluso con el aprendizaje de las nuevas tecnologías que serán clave para los trabajos del futuro.

Un buen líder también promoverá entre sus colaboradores cursos de capacitación de educación financiera pues aunque ésta no forme en la actualidad parte de los planes educativos de las escuelas, es otra de las habilidades a observarse para el futuro ante el arribo de la economía digital.

Las personas que crean ideas transformadoras requieren de colaboradores proactivos que sientan como suya la misión del objetivo planteado por el líder. De lo que se trata es de crear una sinergia en el que todos salgan ganadores. Si tus acciones sirven para inspirar a los demás, entonces eres un buen líder.