La alianza perversa

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Escrito en OPINIÓN el

Durante décadas el PRI y el PAN se presentaron ante el electorado como dos fuerzas políticas diametralmente opuestas y con diferencias irreconciliables.

Por un lado, el tricolor se definió así mismo -la historia está llena de ejemplos-  como el partido hegemónico del régimen autoritario que tejió una estructura electoral con base en dádivas, explotando un rezago social que sólo combatió en su discurso retórico.

La anhelada alternancia tardó más de 70 años, pero apenas llegó el PAN al poder incurrió en muchos de los mismos errores y excesos, incluidas las viejas prácticas de corrupción que tanto condenó como Oposición.

Hoy, ambos hacen equipo con un PRD que ya en nada representa la respetada lucha social de los grandes precursores de la izquierda mexicana.

Autodenominada como “Va por México”, esta alianza contra natura pretende erigirse como una opción para sacar del Gobierno a Morena y a su “4T”, quienes han llevado al País al mismo y trágico pasado que nos legó el PRIAN y su vieja política.

Una alianza es esencialmente un acuerdo entre dos o más que comparten un interés común, sin embargo, las tres fuerzas políticas que integran este acuerdo han dado claras muestras de que ese interés común no es el interés ciudadano.

Por eso celebro la valiente postura y congruencia de nuestro Dirigente Nacional, el Senador Dante Delgado, que ha llevado a Movimiento Ciudadano a competir solo, sin alianzas que lo único que buscan es el reparto de cotos de poder.

Quienes pretenden decirnos que regresar a lo que había es la alternativa, subestiman la inteligencia de las y los mexicanos. Lo que nuestra gente merece es un cambio positivo, con visión de futuro, un cambio que lleve a México y a sus habitantes a una mejor condición.

Un cambio que empodere a las mujeres, que construya un piso parejo con oportunidades para todas y todos, que recupere la paz en nuestras comunidades y que ejerza la fuerza del Estado en el combate el crimen organizado, en lugar de militarizar el Metro.

Los Buenos Gobierno van más allá de indicadores macroeconómicos y estadísticas sin rostro. 

A los Buenos Gobiernos se les conoce por las historias de hombres y mujeres con una mejor calidad de vida, con una prosperidad que se extiende a los bolsillos de la gente y un mejor porvenir para las siguientes generaciones.

No nos deben obligar a elegir por quien ya le falló a México o por quien le está fallando en el presente. Ofrecer a las y los mexicanos votar por lo malo o por lo peor, es perverso; por ello Movimiento Ciudadano es la opción en el 2024.