Las medidas que comenzó a implementar Agua y Drenaje de Monterrey de reducir en horarios nocturnos, por ahora, la presión en el suministro de agua en el área metropolitana de Monterrey con la finalidad de evitar cortes en el servicio en el verano nos obligan a poner en marcha nuevas estrategias.
Es preocupante que desde la dirección de este organismo descentralizado se tenga la expectativa de garantizar el suministro de agua solamente hasta el primer semestre del año; es decir, cuando inicia el verano la temporada más calurosa en nuestro estado y región.
La sequía en nuestra entidad es recurrente, la falta de lluvias se presenta de manera cíclica, por lo que debemos aprender a administrar el agua que tenemos, evitando al máximo su desperdicio, tanto desde las entidades de gobierno, empresariales y en nuestros hogares.
Reparar las fugas visibles e invisibles que hay en la red de suministro que tiene a lo largo de kilómetros de tuberías Agua y Drenaje de Monterrey, que son las más importantes por el volumen que representan, así como las que pudieran presentarse en cada lugar de suministro es un paso importante.
Se estima que alrededor del 15 por ciento del agua que se distribuye en el área metropolitana de Monterrey se desperdicia en fugas que no han sido reparadas, volumen con el cual se pudiera llenar varias veces la presa “La Boca”.
Así mismo se debe fomentar la cultura del reúso del agua para satisfacer algunas de las necesidades industriales, comerciales e incluso domésticas; esta agua no potable se podría utilizar en los servicios sanitarios, riego de jardines, enfriamiento de equipos, lavar vehículos, actividades de limpieza, construcción, entre otros usos.
Actualmente operan en Nuevo León 39 plantas tratadoras y 17 lagunas almacenadoras de aguas residuales, que tienen una capacidad instalada para generar hasta 16 mil 162 litros por segundo de aguas tratadas, que pueden ser reutilizadas.
Agua y Drenaje de Monterrey, desde hace poco más de 20 años, cuenta con facultades legales para la distribución de agua tratada; es momento de intensificar su uso, estableciendo estrategias de programas de estímulos y financiamiento a quienes lo implementen.
También estos estímulos y financiamientos se podrían destinar a los usuarios que certifiquen que instalaron sanitarios y regaderas reductoras; es decir, que están adoptado nuevas estrategias para cuidar el agua.