A brochazo limpio

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He sido testigo de situaciones en que párrocos depredadores sintiendo que es propio el inmueble del que son administradores cometen aberraciones. En algunas entidades federativas han sido omisos de los saqueos de arte sacro. A través de los cronistas de las comunidades y de las ciudades mexicanas nos enteramos de búsquedas inútiles de imágenes religiosas de bulto o de imágenes plasmadas en lienzos que datan de los siglos XVII, XVIII y XIX que han sido robadas.

También he conocido casos a nivel nacional y local de párrocos que se han atrevido sin consultar al INAH a montar retablos en hojas de oro sobre templos franciscanos o dejar a la intemperie confesionarios. Sé que el papel de un sacerdote en torno a los bienes patrimoniales que se resguardan en los templos incluyendo sus construcciones.

Recientemente estuve como ponente en un foro nacional convocado por la Iglesia Católica sobre el tema del turismo religioso y quedó muy claro que era pertinente la conservación de lo patrimonial.

Recuerdo al arquitecto Manuel Rodríguez Vizcarra que en la década de los setenta del siglo pasado se dedicó a encabezar la restauración de templos católicos en Nuevo León y que murió en 1984 apenas de 62 años. Restaurador también de la antigua Estación del Golfo que evitó fuera demolida y que ahora es la Casa de la Cultura. El declaraba que:

“La identidad cultural se define como lo característicamente propio, en el transcurso del tiempo un pueblo va construyendo su identidad cultural.”

Esto significa que la identidad cultural y el patrimonio se va construyendo. Compartiré algo lamentable. El Templo de San Felipe de Jesús en China, es reciente, data de 1986 y está junto al templo antiguo. El 31 de diciembre de 1999 fue inaugurado en su frontis un mural alusivo al Santo Patrón para celebrar el advenimiento del año 2000, don Javier Olarra, sacerdote de entonces, dio su consentimiento para la producción del mural que fue patrocinado por el Ayuntamiento Municipal que presidía el entonces alcalde Noé Leal.

Ese mural ya constituía un patrimonio de los muy escasos que se han producido en las comunidades rurales de Nuevo León, escribo en tiempo pasado porque el domingo 29 de enero por la mañana el mural fue tapado a brochazo limpio con pintura acrílica blanca.

El actual párroco, Héctor Andrade García no avisó a los feligreses de esta determinación; algunos estaban presenciando la Misa cuando al salir se percataron del hecho.

Conozco personas que tienen un buen concepto del Obispo César Alonso Ortega Díaz, espero que tome cartas en el asunto. Puede parecer esta situación algo de poca importancia, pero para mí resulta relevante en estos tiempos en que se requiere una verdadera gobernanza entre pueblos, gobiernos y autoridades religiosas. El venerable Papa Francisco constantemente solicita a los sacerdotes que lleven una buena comunicación con los feligreses. Lo ocurrido en el Templo de San Felipe de Jesús no es un buen ejemplo de protección a esa identidad cultural que se va construyendo, a la que se refirió el arquitecto Manuel Rodríguez Vizcarra de grata memoria. ¿Se permitirá borrar el desarrollo de los pueblos, así, a brochazos?