Si tienes el 'micrófono' tienes una obligación.

Escrito en OPINIÓN el

Un “micrófono” es un aparato que sirve para transformar las ondas sonoras en vibraciones eléctricas; pero lo importante es que es usado para amplificar la voz (o el sonido) de quien lo utiliza. El micrófono es un símbolo que en este escrito utilizamos para referir a quien tiene la oportunidad de ser escuchado, en un podio en algún medio de comunicación, en redes sociales y que su mensaje se diseminará en forma masiva y trascendente; que muchos lo escucharán y les influirá. Me refiero en específico a la gente que tiene voz, influencia, fama, renombre, popularidad, relevancia o poder para que los demás se impongan de los mensajes que emite.

Muchos líderes, actores, celebridades, autoridades, artistas, escritores, mentores, influencers, conferenciantes, tienen una obligación superlativa y muy clara. No se trata de que sacrifiquen sus posesiones y millones para los demás, si no que compartan un poco del “podio” o “micrófono” que hoy les tiene vigentes y relevantes, usar el poder de su voz para comunicar a tiempo lo que la gente requiere saber, para apoyar campañas de bien, para asistir en catástrofes, para equilibrar desigualdades, para gritar foul, para reclamar en nombre de los desvalidos, para demandar justicia, para señalar traidores, para unir los pueblos…finalmente para darles espacio, palabra y voz a los que no la tienen aún y tanto la necesitan.

Si la vida te ha dado el regalo de que los demás te sigan, utiliza ese poder para construir, no para ser conocido por algún escándalo, ni porque tus demandas, requerimientos sui generis de “famoso” como por ejemplo, te lleven a pedir que te llenen la bañera con agua “evian” o alguna otra estupidez derivada de la soberbia; resiste el maldito ego que intentará engañarte haciéndote pensar que mereces ser famoso, que eres “especial” entre y sobre los demás, que tu vida y tus necesidades son más importantes que las de los otros.

Si la vida (o Dios o la fuente que consideres) te ha dado la oportunidad de ser escuchado, no dejes de demandar cómo debería ser el mundo si todos unimos la voz. No dejes de ser sonido para quienes de él se guían. No dejes de gritar (si fuera necesario) para que aún los sordos se den cuenta que hay alguien que representa esperanza y directriz.

Para los que no se consideran “famosos”: quisiera sólo insistir en que la fama no necesariamente se trata de seguidores o millones de personas que te escuchan, ya que, para tus hermanos, para tus alumnos, para tu pareja, para tus hijos…tú eres el más famoso, ya sea porque tienes en muchos momentos: la relevancia, la autoridad, la trascendencia, la voz, el “podio”, el “micrófono” y sobre todo…la inspiración.