No son enchiladas
Algunos seguidores de los Tigres de la UANL se mostraron preocupados porque no pudieron verlos ganar en el duelo ante el Orlando City en la Concachafa, pero más que el resultado, como que les preocupó la forma en que jugaron o, mejor dicho, la forma en que no jugaron.
Un tiro de Códova que el exportero de los Tiburones de Boca del Río, Gallese, tapó de milagro y un contrarremate del mismo Córdova que desnucó a un defensa y tan tan... fue toda la producción ofensiva de un equipo que no quiso jugar mejor y otro que no pudo.
Hay quienes suponen que los señores divos ya se cansaron del discurso del DT y ya quieren prenderle el abanico. Ya sabemos que, en ese equipo, los jugadores son los capos. Ellos deciden a quién correr y a quién no. Suena muy duro, pero así es.
Son privilegios que les dan los directivos a los jugadores. Cuando ellos lo deciden "sacan la patita" y comienzan a cascarear, exactamente como lo hicieron en ese partido contra los orlandeses o como se llamen los del equipo de Óscar Pareja, un vende humo como tantos que han venido acá y que estuvo dirigiendo a Xolos.
Y de vender humos hablando...En solo cuatro días, se le apareció el chamuco al DT de Chivas. Primero la Máquina le puso una revolcada a sus muchachos tapatíos, luego vino el América y le hizo otros tres, poniéndole una exhibida que ha puesto a pensar a directivos y a los fans si el pastor que contrataron --nomás por ser argentino-- es realmente el que necesitan como entrenador.
En una de ésas, hasta Nando Hierro, el director deportivo, sale bailando por pensar que un tipo que por jugar tres días en el Real Madrid y otros tantos en Boca, ya es una pirinola para eso de dirigir. Y no. Ya vimos que no son enchiladas dirigir a Chivas. Menos cuando se enfrenta a equipos mejor armados y más fuertes.
Siendo el partido de Concachafa, el árbitro no traía línea, o sea, no le llegó el billete, y sintieron el rigor del reglamento cuando les expulsó un jugador porque, como buen chivo, le metió un tope a Quiñones, y aparte de salir sangrando, se fue con la roja a bañar temprano. Y todavía falta el duelo de vuelta, y en el ínter, creo, el partido de Liga contra ese mismo rival... O sea que don Gago tal vez no llega a la Semana Santa.
Y en otro partido interesante, el seleccionado mexicano de soccer de mujeres femeninas se enfrentó a Brasil y todo iba más o menos bien hasta que las chicas comenzaron a balbucear, sintieron el rigor de una camiseta histórica en el ámbito mundial y chuparon faros. Un gol bien hecho por Brasil, aprovechando los titubeos de la arquera y de la defensa; luego vendría la expulsión absoluta y totalmente injusta de Nicky Hernández y ahí ya bailó Berta las calmadas...No es que fuese rigorista y que, en apreciación de la juez, la infracción fuera de roja... NO!... ni falta era de ella. La brasileña cae sobre las piernas de Nicky, que, si bien no toca el balón, ella no derriba a la brasileña, que cae por una carga de Bernal, pero ahí se acabó el partido.
Y no creo que hayan sido ganas de favorecer a Brasil y afectar a México, tal vez solo era inepta mi comadre. Como en el duelo siguiente donde la árbitra mexicana en el minuto 94 y 20 segundos (de 95) se inventa un penal contra Estados Unidos por una supuesta falta sobre la atacante canadiense. Por suerte para las gringas, pasaron a la Final en penales, pero qué necesidad. Lo que sí es evidente es el bajito nivel que tiene el arbitraje de la zona, algo que no es un secreto para nadie, pero pensamos que era solo en los varones y ya vimos que no... Que las damitas no cantan mal las rancheras.