También con Messi...
Dicen los que dicen que saben que el Inter de Miami es un equipo del montón, sin Messi...
¿Y qué creen?... Los Rayados este miércoles destrabaron un mito. Porque ese Miami es un equipo del montón... también con Messi.
No tiene ciencia. El pie veterano de ese equipo ya huele a asilo y si aparte traes cinco o seis jugadores que no son una maravilla y apenas dan el tono para ser coristas de las exestrellas, es complicado. Si Messi no tenía la pelota, como sucedió, era imposible vencer a un Monterrey que jugó un partido muy bien planteado, con mucha personalidad y seriedad para no solo pasarle por encima al cuadro de la MLS, sino hasta ridiculizarlos y hacer que un Suárez en pierna y media, terminara arrojando espuma por la boca, de lo enchilado que estaba ante la impotencia por no tener la pelota y cuando la tenía, lo corneaba El Toro.
Messi necesitaba el balón para intentar algo y cuando le llegó, se lo quitaron.
Al ataque Monterrey abusó de superioridad, porque Suárez y Messi no saben marcar y les echaban montón, 10 contra ocho...
Todo el equipo albiazul hizo un gran partido, pero habría que destacar a Berterame, Guzmán, Canales, Arteaga y Romo.
De verdad, pensé que era un suicidio que no estuvieran Corcho (por castigo) y Govea de inicio. Y nada. Romo, Canales, Gallardo, Meza y Berte formaron un pentágono muy dúctil, con muchísima dinámica y precisión para desactivar casi todo intento de una mediacancha vestida de Barbie, que naufragó persiguiendo a los de La Pastora.
Ese Monterrey ganó un partido con mucha categoría, personalidad para satisfacer a los miles de hinchas que hicieron lucir el domo de acero.
Solo me llamó la atención que el arquero de Miami regalara ese gol a Vázquez y luego en los otros dos, se tirara con las manos encogidas... ¿Cómo por...?
Y de los vecinos... ¿qué podemos decir?. Fue un verdadero ridículo.
Los que se saborearon anticipadamente un Clásico en la Concachafa tuvieron que tragar camote y conformarse con el de mentiritas este sábado, porque cremosos como son, jugaron un partido con las nalguitas paradas, con esa parsimonia y esa soberbia que de pronto les entra y con ese aire de perdonavidas que dice "No pasa nada. Ahorita les hacemos cuatro"... y nada.
El señor entrenador no tuvo los aguacates suficientes para mandar a su estelar francés a la banca cuando andaba como alma en pena, sin acertar nada y lo dejó adentro... con Ibáñez en la banca.
Y si ya en los penales, los que manejan el equipo fallan, y nadie les recrimina nada, pues ya no hay mucho qué hacer ahí.
Este equipo ya trae varias fisuras, como una máquina vieja, ya muy trabajada que los empaques se le desgastan y comienza a perder aceite, compresión y potencia... así mero.
Pero no pasa nada. Al rato le meten otros 20 MDD y la raza volverá a creer que tiene un equipazo, no de media tabla como hoy.
¿O tú cómo ves?
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