Xavier Moyssén Lechuga: Arte desde Monterrey

La reciente muerte de Xavier Moyssén deja un vacío difícil de llenar en el mundo cultural de Monterrey, pues abarcaba un abanico tan amplio que iba desde el periodismo, el arte y el activismo, entre otras áreas.

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Escrito en OPINIÓN el

El periodista, investigador, historiador, crítico de arte, profesor universitario, escritor, comisario de exposiciones, activista y gestor cultural Xavier Moyssén Lechuga murió el pasado 15 de abril en Monterrey, la capital del noreste de México cuyas artes plásticas-visuales fueron su pasión vital, convirtiéndose en su más autorizado referente, incluso allende las fronteras locales.

Originario del Estado de México, nació en Toluca en 1943, fue un regio de pura cepa por elección propia, echo raíces en una región-sociedad de gran desarrollo-riqueza pero que dedicaba poco tiempo y menos recursos, tanto humanos como económicos, a las artes y sus creadores. Un testigo sensible, privilegiado e independiente de un lapso que va de los años 70 del Siglo XX a los 5 lustros del actual milenio.

A continuación, comparto con los lectores de ABC Monterrey en línea, algunos recuerdos-experiencias personales-profesionales sobre-con Xavier Moyssén Lechuga y su activa participación en la vida cultural de Monterrey:

El periodista

Analista de las políticas culturales y su impacto en la colectividad, sobre todo en sus artistas, desde las páginas del periódico El Porvenir, donde fue editor de la sección cultural, allí mismo se ocupaba-preocupaba, en su columna “Arte, cultura y sociedad”, de la participación de los autores locales en el anual Resumen de la Plástica Neolonesa en la Antigua Estación del Golfo en los ya lejanos años 70 del Siglo XX.

En la siguiente década cuestionó la elección de la ornamentación-esculturas para la Gran Plaza de Monterrey o la tala de las centenarias palmeras en la rambla de la Calzada Madero que a decir del historiador Celso Garza Guajardo eran parte de la identidad de la ciudad para varias generaciones de regios; es decir, para aquellos que llegaban del interior, de los municipios de Nuevo León, a la capital. Las autoridades se echaron las palmeras para que circularan más autos.

Como editor hay que destacar su apertura al publicar autores con puntos de vista e ideologías opuestos para que el lector se formara una opinión crítica responsable sobre los temas-problemas que impactan tanto en lo individual como lo colectivo. Practicó un profundo respecto a la libertad y la redacción de las coberturas de los reporteros bajo su mando, algo que no era nada común en la prensa regiomontana de fines del siglo pasado.

El gestor cultural

Una residencia en la aristócrata Colonia del Valle se convirtió en una comuna para artistas locales gracias a los consejos-gestiones-intervenciones de Moyssén Lechuga: Sergio de Ossio, Alberto Mancilla, Rosalinda Bulnes, Diamantina González y Lupina Flores son algunos de los artistas que por allí pasaron.

En esa casa del llamado Centrito de Garza García se llegó a gestar-editar hasta una revista: La Palma, una publicación de artistas que incluía en cada número obra de autor realizada en serigrafía. Moyssén Lechuga presento-apadrinó las ediciones de “El hilo y la aguja” de Adriana Margáin y Miriam Médrez, quienes obtuvieron un premio del desaparecido Centro de Arte Vitro.

También incursionó en la web, en su blog “Miércoles fotográficos” entrevistó a prestigiados autores como Flor Garduño, reconocidos historiadores como Rosa Casanova, comisarios-funcionarios como Magali Arriola por su exposición a Julio Galán en el Museo Tamayo, y fotógrafos regionales que van consolidándose profesionalmente fuera del terruño, como Juan José Herrera.

El maestro universitario.

El Tecnológico de Monterrey y la Universidad de Monterrey fueron las dos instituciones de enseñanza superior de elite en las que Xavier Moyssén Lechuga impartió clases en la capital neolonesa.

Entre sus alumnos en la primera institución se encuentra la cuentista regia Cecilia Páez, en tanto que en la segunda uno de sus estudiantes fue el coahuilense Mario García Torres, sin duda el artista regio con mayor aceptación local y en el extranjero en la actualidad.

Para la segunda institución fue uno de los presentadores del libro “Tadao Ando. La Puerta de la Creación. Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño” en el Palacio de Bellas Artes de la Cdmx. La publicación registra el primer edificio público en Latinoamérica, en Monterrey, en la UDEM del famoso arquitecto japonés y Premio Pritzker 1995.

La directora de “Zsona Maco. La feria de arte de Latinoamérica”, Zélika García, y Luis Quiroz, ejecutivo de la prestigiada Colección FEMSA, y los artistas Mauricio Cortés e Ismael Merla Cosío, el primero un reconocido escultor en cerámica en tanto que el segundo se decanta por la instalación y lo conceptual; los cuatro se cuentan entre sus alumnos más destacados y exitosos.

El comisario

Entre las exposiciones más sobresalientes que comisarió Moyssén Lechuga menciono solo cuatro, las realizadas al pintor Manuel de la Garza en los años 80, la del fotógrafo Juan Rodrigo Llaguno, el escultor Cuauhtémoc Zamudio y al decano de los artistas regios, Alfredo Ramos Martínez.

La primera en el desaparecido Museo de Monterrey y de la que por fortuna hay un modesto catálogo que la documenta. En el caso de Llaguno se trató de una co curaduría con el fotógrafo Roberto Ortiz, para el Centro de las Artes hace dos años, la más completa introspección sobre el quehacer del prestigiado fotógrafo regiomontano realizada a la fecha, por desgracia no itineró ni se ha publicado todavía el catálogo correspondiente a dicha muestra.

A propósito, la fotografía fue una de las artes que más lo seducía en los últimos años y participó como asesor-consultor para la próxima Bienal de Fotografía que organiza y exhibirá el Centro de la Imagen a fines de otoño de este año. De esa participación el crítico regio llegó a externar que los organizadores “no quieren comprometerse a nada porque ya se van”.

El tercer caso es ejemplo de responsabilidad para con los autores locales: Cuauhtémoc Zamudio es un artista netamente regional, de los regios y sus políticos. Esta muestra se organizó en la Pinacoteca de Nuevo León en el 2021-22 y fue un homenaje de la sociedad regiomontana a su escultor, a su artista. El que el título de la muestra incluyera la palabra Monumental es prueba del aprecio de los regios a Cuauhtémoc Zamudio.

Por último, en esta faceta también participó con el Museo de Arte Contempóraneo de Monterrey, Marco, donde realizó una gran exposición a Alfredo Ramos Martínez, el primer artista regio que alcanzó fama fuera del terruño, fundador de las Escuelas al Aire Libre, una en Nuevo León de la que no se conoce casi nada, y cuya obra en las últimas décadas alcanza precios récord en las subastas neoyorkinas, y en su tiempo recibió un premio en París y los versos de Rubén Darío.

El crítico de arte

En sus textos sobre crítica de arte se puede apreciar su compromiso social, ya que de las páginas del diario antes mencionado pasó al periódico Milenio, en donde continuó su labor como crítico de arte hasta sus últimos días. Raro es el artista tanto local, nacional o global del que no se haya ocupado Xavier Moyssén Lechuga.

Su caso es atípico en el panorama nacional, es de los pocos especialistas con presencia fuera del noreste, en varias ocasiones participó como jurado en los Salones de Arte AC, institución pionera en apoyar a los artistas en Monterrey, lo mismo que en el célebre y legendario Premio Nacional de Arte Joven auspiciado por el INBA y en la hoy prestigiada Bienal FEMSA de Pintura, Escultura e Instalación que patrocina la poderosa empresa regiomontana de alimentos y bebidas del mismo nombre.

A la revisión de la actual exposición sobre la mencionada bienal en el Centro de las Artes de NL dedicó un par de sus últimos textos, en los que señaló con valentía y acierto, autoridad moral, la omisión del impacto social más allá de lo privilegiado por los organizadores-patrocinadores: el acervo reunido.

Se refería el crítico de arte a ¿cuál ha sido el impacto en el coleccionismo privado e institucional?, ¿cuál la recepción en el espectador común y el especializado? ¿qué ha dejado socialmente un certamen con tres décadas de existencia-historia? Al presentarse la muestra en un espacio gubernamental es recomendable que al menos haya un programa para que se hable y reflexione al respecto como homenaje-respuesta.

El activista cultural

Destacada fue la participación de Xavier Moyssén Lechuga en la protesta-quema de obra de autores regios contra la “Fuente de la vida” que el entonces gobernador Alfonso Martínez Domínguez decidió que realizara un autor extranjero cuyo nombre hoy nadie recuerda.

Polemizó por la ausencia de Monterrey, es decir su arquitectura e interiores, en la comisión mexicana a la prestigiada fotógrafa alemana Cándida Hoffer, que incluyó la CDMX, Guanajuato y Guadalajara. Desde su espacio semanal en la prensa preguntó por qué el desinterés en que la artista registrara Monterrey ante el oportunismo por exhibir a una autora de fama global.

Entre sus últimas participaciones en polémicas podemos citar su mediación pública entre los políticos y vecinos de Garza García por La Milarca, la colección de Mauricio Fernández Garza, y el desinterés por el Museo de los Pintores del Noreste que impulsaba el artista de Nueva Rosita, Coahuila, Gerardo Cantú en su casa-estudio en la Colonia María Luisa. Para el activista cultural era tan válida la primera iniciativa como la segunda, ambas necesarias a la sociedad y dignas de apoyarse con recursos del erario.

En el primer caso hubo la participación activa de los políticos panistas que no disimularon su encarnizada lucha por el poder en detrimento de la cultura; la entonces política morenista, la sinaloense-regia Tatiana Clouthier se acercó a la postura de Moyssén Lechuga, a quien llamó: el experto, el que sabe, pero para mostrar-apuntalar su rechazo al plan de su excompañero del PAN.

La Milarca abrió sus puertas al público, la ciudad incrementó su oferta cultural, es con la CDMX, Tlaxcala y Cuernavaca los únicos lugares en que se puede ver-apreciar-disfrutar un Frida Kahlo en México y no una obra cualquiera: el único fresco que realizó. El proyecto del Chato Cantú sigue a la espera de mejores vientos y seguro hubo otras batallas que no se ganaron, pero no por ello están perdidas.

Valga la mención a Frida Kahlo para señalar que antes de Moyssén Lechuga, quien mejor documentó las artes visuales en el Noreste fue el artista-funcionario-maestro Alfonso Reyes Aurrecoechea; por él sabemos que la primera vez que se vio en Monterrey obra de la tercera esposa de Diego Rivera fue en 1945, en la Universidad Autónoma de Nuevo León, que publicó los textos de Reyes Aurrecoechea a finales de los años 80 del siglo pasado.

El historiador

Las publicaciones son ahora la presencia de Xavier Moyssén Lechuga en la historia de las artes regiomontanas. A los textos críticos en la prensa local hay que añadir los ensayos en catálogos de exposiciones individuales y colectivas tanto para galerías como museos del sector público y privado.

Entre sus numerosos ensayos publicados me permito citar sólo tres: “El caballero Juan”, sobre el pintor regiomontano Juan Caballero para la Galería Drexel en 2003; “Historias alternas” en “Mirar desde Monterrey” sobre la Colección FEMSA y su contexto en ese mismo año y “A color y en blanco y negro. Historias de las fotografías en Monterrey” en el Tomo III de la Biblioteca de las Artes de Nuevo León de 2014.

A sus textos se tendrán que remitir en el futuro comisarios, investigadores, historiadores y todo interesado en acercarse al noreste y su cultura, a sus artistas y sus obras, al arte desde Monterrey.

Esperemos que pronto se antologuen, publiquen y circulen sus escritos. Sería el mejor homenaje-recuerdo a Xavier Moyssén Lechuga.  

El jefe

Finalmente, para el autor de estas líneas fue un regalo de la vida compartir experiencias estéticas-profesionales, primero como integrante del equipo cultural periodístico y después ya fuera del mismo, con el licenciado Moyssén, como llamábamos entonces al jefe-editor. Muchas gracias Xavier Moyssén Lechuga, QEPD. Su recuerdo me acompañará siempre.