El cuidado de la niñez es vital, no solo para México, sino para cualquier sociedad a nivel mundial. La educación adecuada, la estimulación cognitiva temprana, y el desarrollo de habilidades sociales, son elementos fundamentales para formar personas de bien que nutran y hagan crecer nuestra comunidad.
En ese sentido en el marco de los recientemente celebrados días del niño y del trabajo, es importante mencionar algunos datos y cifras, que ponen en evidencia una problemática importante que enfrenta el Estado de Nuevo León, ligada al trabajo y la niñez.
De acuerdo con el último censo de población del INEGI, alrededor de 2 millones 700 mil personas en el estado participan en alguna actividad económica, de las cuales poco más de 1 millón lo hacen desde la informalidad o el emprendimiento, lo que resulta en la exclusión del sistema de seguridad social.
Por otra parte, la misma encuesta poblacional indica que en nuestra entidad existen casi 1 millón y medio de personas menores de 15 años. Para cerrar el apartado numérico es relevante también mencionar que de acuerdo con el Registro Nacional de Centros de Atención Infantil, en Nuevo León solo cuenta con 332 centros que ofrezcan el servicio de guarderías.
Estos números reflejan una realidad alarmante. Muchas madres y padres no tienen acceso a guarderías para sus hijos, y, aquellos que si lo tienen, se enfrenten a una insuficiencia de disponibilidad de centros, que, además, manejan horarios que no son compatibles con sus jornadas de trabajo, lo cual ocasiona que el cuidado de sus hijos quede seriamente vulnerado, dependiendo de familiares o personas que no siempre tienen la capacidad para garantizar la seguridad y el desarrollo de nuestra niñez.
En la Cuarta Transformación hacemos énfasis en el desarrollo social, por lo cual, creemos que los horarios de las actividades económicas y profesionales de la gente, no deben ser un impedimento para que las personas puedan acceder a servicios de cuidados para sus hijos.
Como sociedad debemos garantizar que trabajar no implique sacrificar el bienestar de la niñez, y que, sin importar si su situación es de formalidad, emprendimiento o informalidad, todo padre y madre puedan tener la seguridad de que sus hijas e hijos se encuentran en un lugar idóneo para cuidarlos, mientras trabajan para sacar adelante a la familia.
Es por ello que es fundamental hacer las gestiones y modificaciones legales necesarias para que se desarrollen centros de atención infantil, que garanticen su suficiencia para la población de Nuevo León, que operen en horarios integrales que consideren todos los modelos de familias, como por ejemplo, aquellos que trabajan en turnos nocturnos o a largas distancias de sus hogares, y, principalmente, que se tome en cuenta el crecimiento poblacional de los municipios.
Si podemos garantizar que todos nuestros niños y niñas sean cuidados con profesionalismo y vocación, mientras sus progenitores trabajan; y que no haya nunca más un padre o una madre que se encuentren en la difícil posición de decidir entre sacrificar su trabajo o el bienestar de sus hijos, estaremos más cerca de garantizar la justicia social y por ende, un crecimiento en el bienestar de nuestra comunidad. Bienestar por el cual trabajaremos desde el Congreso del Estado, para arreglar esta problemática de una vez por todas.