Nuevo León.- Alicia Villarreal encendió las alarmas de preocupación, ayer al final de su concierto en Michoacán, hizo la señal de auxilio por violencia familiar, levantando la mano derecha con la palma hacia afuera, doblando el dedo pulgar y cerrando el puño.
También se dio a conocer que la reconocida cantante denunció por violencia doméstica a su esposo, Cruz Martínez, además, de que horas antes de su presentación, fue trasladada al hospital por las lesiones sufridas.
Tras enterarse de la situación, Tatiana Palacios Chapa, conocida en el medio artístico como Tatiana, no evitó mostrarse sorprendida por la situación, y aunque al inicio se dijo renuente a pronunciarse sobre la situación, al final, envió un contundente mensaje sobre el delicado tema.
“Se comenta, ¿pero ella no ha dicho?... Pues mejor no, no, mejor no opino porque yo de esas cosas, si no lo he oído de su propia boca, no puedo opinar, pero ¡ánimo!, amigas unidas, jamás serán vencidas”, expresó en primera instancia la famosa a las cámaras de Venga la Alegría.
Sin hacer alusión directa a su colega, Tatiana recalcó: “¿Sabes qué?, me gusta mucho que las nuevas generaciones, bueno, algunas, no todas, lamentablemente, pero se informan muy bien, y ya no se dejan, son nuevas generaciones que tienen opciones, que ya saben que no merecen ningún maltrato, y que merecen ser felices y vivir en paz, mentalmente, físicamente, económicamente, de todo, pues que no están solas, y que si no tienen familia, porque a veces las familias mismas no las apoyan o no los apoyan, que hay muchas instituciones gratuitas que las apoyen”.
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Por último, la presentadora de televisión envió un contundente mensaje sobre este tipo de casos. “Entonces pues, ánimo, adelante, que no se dejen vencer por nada, se tarda uno, pero, al final sabes que vale la pena haber huido de una relación y una situación así”, remató.
Tatiana, originaria de Monterrey, Nuevo León, se convirtió en una de las artistas más queridas en la escena infantil de los 80’s y 90’s; sin embargo, detrás de la luz de los escenarios, vivía una historia de sufrimiento y abuso, a manos de su entonces pareja, Andrés Puente.
De acuerdo a los relatos de la propia artista, tras casarse en 1990, lejos de ser el comienzo de una historia de amor, este fue el inicio de una pesadilla, ya que, desde los primeros años de su matrimonio, Puente se mostró posesivo y celoso, lo que generó una creciente tensión en la vida de la estrella mexicana.
Fue hasta 2001, tras el nacimiento de su hijo Andrik, que Tatiana decidió escapar de ese entorno de violencia. Un día en el que Andrés no estaba en casa, la cantante, con sus dos descendientes pequeños, saltó la barda de su casa de más de un metro y veinte centímetros para, finalmente, tomar un avión de regreso a su natal Monterrey.
En ese momento, Tatiana no solo huía del abuso físico y emocional, sino también de una vida llena de mentiras, manipulación y control que a la postre denunció.