Ciudad de México. La Cuaresma está a la vuelta de la esquina y eso involucra un desplegado de costumbres y tradiciones católicas, como, por ejemplo, la cruz de ceniza en la frente que los fieles creyentes deciden plasmarse el llamado Miércoles de Ceniza.
El dibujarse este símbolo, a la par de pronunciar la frase “Polvo eres y en polvo te convertirás”, representa la llegada del tiempo de oración, de penitencia, de conversión y de purificación del cuerpo y alma, en espera de la resurrección de Cristo.
El artículo 125 del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia señala, por su parte, que el cubrirse con ceniza representa reconocimiento hacia la fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios.
De acuerdo con ACI Prensa, medio especializado en la Iglesia Católica, esta tradición proviene de la iglesia primitiva. En aquella época, las personas acostumbraban a colocarse ceniza en la cabeza al tiempo de que se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación durante el Jueves Santo.
Esta práctica suele aplicarse al final de las misas. Una vez finaliza la homilía del sacerdote, los presentes acuden con él para recibir su respectiva cruz de ceniza.
Vale hacer mención que el recibir la cruz de ceniza representa un estricto compromiso para los creyentes, quienes están obligados a hacer ayuno y abstinencia durante los 40 días que dura la Cuaresma.
¿De dónde proviene la ceniza que se utiliza en este ritual?
Es parte de los restos incinerados de las palmas que fueron bendecidas durante la Cuaresma anterior para el Domingo de Ramos.
Antes de ser utilizada para rociarla en la frente de las personas, esta mezcla es bendecida por un sacerdote.
De hecho, el que sean palmas las utilizadas en el Domingo de Ramos tiene que ver con la versión católica que indica que cuando Jesús entró a Jerusalén fue recibido precisamente con palmas y ramos de olivo.