Hidalgo. – A estas alturas en donde las redes sociales poseen un poder incalculable, es muy difícil que un “fail” cometido en la vía pública pase desapercibido, y eso lo puede constatar Erick Mendoza Hernández, alcalde de Tenango de Doria, Hidalgo, quien en pleno Grito de la Independencia confundió a Josefa Ortiz de Domínguez con Sor Juana Inés de la Cruz.
Con micrófono en mano y ante toda su comunidad, el edil soltó los tradicionales “¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! Y ¡Viva Allende!”, pero la celebración se descompuso cuando tocó el turno de rendir homenaje a la apodada Corregidora, pues luego de cambiarle el nombre, prosiguió con su discurso como si nada hubiera pasado, sin embargo, sí recibió la rechifla de los asistentes.
“¡Viva Morelos!, ¡Viva Allende!, ¡Viva Doña Sor Juana Inés de Domínguez de la Cruz!, ¡Viva Aldama!, ¡Viva Guerrero!, ¡Viva el Estado Libre y Soberano de Hidalgo!”, exclamó Mendoza.
Al final todo quedó en una anécdota chistosa qué contar y compartir, pues minutos después tocó el turno al grupo Los 3 Herederos, quien deleitó con su música a los hidalguenses que se dieron cita al festejo del aniversario número 212 de la intendencia de México celebrado en Tenango de Doria.
¿Quién fue Josefa Ortiz de Domínguez?
Josefa Ortiz de Domínguez alias La Corregidora”, nació en la ciudad de Morelia en el año 1768.
Fue una de las principales heroínas de la lucha por la independencia, de hecho, tenía apenas 23 años cuando incursionó en la política luego de contraer nupcias con el funcionario Miguel Domínguez.
Ortiz de Domínguez fue crítica del régimen de la Nueva España, y logró integrarse al movimiento independentista luego de que su esposo fuera promovido al cargo de Corregidor de la ciudad de Santiago de Querétaro.
Ella organizó reuniones secretas de conspiración que fueron disfrazadas con debates literarios, pero cuando los planes de independencia fueron descubiertos, Josefa Ortiz de Domínguez se trasladó a San Miguel de Allende y luego a Dolores para comunicar tanto a Miguel Hidalgo y a Ignacio Allende la caída de la conspiración.
Ortiz fue encerrada por órdenes del Virrey en el convento de Santa Teresa la Antigua en la Ciudad de México y más tarde en el de Santa Catalina de Sena.
Murió en la Ciudad de México el 2 de marzo de 1829, a la edad de sesenta y un años.