El debut de Javier “El Pastor” Lozano tuvo el sello de lo que más disfrutó y sabía hacer mejor en su carrera: el gol.
“Esa era mi posición natural, la de centro delantero, yo metía muchos goles en donde jugaba, en Tercera División fui dos veces campeón goleador, en Tigres, en mi primera temporada fui el que más goles anotó, con 14 goles, pero después vino don Jorge Vieira, y dijo que yo tenía que jugar de enganche, porque lo mismo podía dar pases, que podía meterlos, me puso de enganche, y después todos los técnicos, ya nadie me quiso regresar de centro delantero”, expresa.
Hoy 21 de noviembre se cumplen 30 años del debut de uno los jugadores más talentosos que ha dado el futbol regio, y lo hizo con un gol en la victoria de los Tigres 1-0 ante el Atlas.
Llevaba cuatro semanas que lo concentraban por si alguien se enfermaba, pero al final lo dejaban fuera de la convocatoria.
“Pérate, la familia de Raymundo Rodríguez sufrió un accidente, Raymundo se va a tener que ir a Nueva Rosita, quédate porque vas a salir a la banca para completarnos”, le comentó el técnico Francisco Avilán.
Aun así, parecía poco probable que jugara. Pensó que solo estaría en la banca.
“Nunca se me va a olvidar que, en el medio tiempo, la ‘Pini’ Gutiérrez, estando él en la grada, bajó a la cancha y me agarró detrás de la portería que está por los vestidores, y me dijo: ‘si el partido sigue 0-0, Avilán se la va a jugar contigo, conozco a Avilán, cómo es, y siempre se la juega con los chavos’”, relata.
Y así fue. Ingresó de cambio al minuto 64 por Sergio Almaguer, y a los 84' mandó el balón a las redes.
“Avilán me dijo: ‘te va a caer una, aprovéchala’, fueron todas las indicaciones, y gracias a Dios “El Abuelo” Cruz me la puso y me tocó anotar el gol del gane, ganamos 1-0”, menciona.
“Me acuerdo que la agarró (Roberto) Gasparini, por media cancha, la filtró a ‘El Abuelo’, por la banda, Cruz hizo la que hacía siempre, que llegaba a línea de fondo y centraba hacia atrás, cuando vi que ‘El Abuelo’ iba a línea fondo, me detuve, y ahí me quedé parado, y los defensas se corrieron, ‘El Abuelo’ se los llevó en la jugada y quedé solo, me la tocó para atrás, lo único que hice fue chocarla, cambiarla de dirección, porque el portero me achicó a primer palo, nada más se la cambié de dirección”, relata Lozano.
Dejó una huella memorable en los Tigres, pero también se volvió un histórico en el Morelia, campeón del Invierno 2001. Esa etapa inició cuando Morelia vino a jugar contra los felinos, en un partido amistoso.
“Estoy en la grada sentado viendo el partido y llega Andrés Boy, yo no lo conocía, se presentó conmigo, me dice ‘soy Andrés Boy, ¿no te gustaría jugar con mi papá, Tomás’, él siempre te ha querido en sus equipos”, recuerda.
Queda la pregunta:
¿Qué habría pasado si lo hubieran dejado toda su carrera como centro delantero?