Hidalgo.- Damnificados por el desbordamiento de ríos en el mes de septiembre del año pasado en Tula, quemaron los colchones que fueron donados por el gobierno municipal.
De acuerdo al medio Proceso, los afectados denunciaron que los colchones desprendían un olor pestilente y que incluso tenían residuos de sangre y orina.
La compra de estos artículos tuvo un costo de un millón de pesos, según a las solicitudes de acceso a la información.
Las familias afectadas lo consideraron una ofensa y pidieron investigar posibles actos de corrupción en la administración del alcalde Manuel Hernández Badillo.
Los afectados señalaron que algunos colchones guardaban el plástico con el que fueron entregados, pero al desprender el forro de la primera capa detectaron un relleno de tela y, abajo, hasta dos forros viejos, de diferentes marcas; también hallaron manchas y rasgaduras.
“De los que mandamos, ésta es la tercera reconstrucción y estaban tal cual con los fluidos, manchas de sangre, de orines, rellenos con este residuo que es como cobija de franela”, contó en entrevista para Proceso, Mariela Luna, integrante de la asociación Unidos x Tula.
De acuerdo con Unidos x Tula, el valor estimado de cada pieza, según el estudio técnico que les proporcionaron quienes detectaron que se trataba de unidades reconstruidas, es de 50 a 100 pesos, porque sólo se simula que son nuevos, pero no se modifica la estructura interna.
Sin embargo, el municipio facturó por los 743 colchones 974 mil 609 pesos.
“Mientras Tula se inundaba por una decisión deliberada, las familias afectadas salieron adelante sin el apoyo de los diferentes niveles de gobierno. Hoy, las mismas autoridades se pronuncian para supervisar los trabajos técnicos del proyecto que Conagua está iniciando (para revestir el río) y simulan soluciones, una vez más, de cara al proceso electoral”, acusó la asociación civil.