Discriminación a Policías

Escrito en OPINIÓN el

Discriminación a Policías

Con los votos de Morena en contra, el Congreso local de Nuevo León aprobó la no reinserción de los policías y ministeriales, así como las reformas en materia de indemnización el pasado 24 de noviembre. De esta manera, las reformas al Artículo 198 Bis 30 de la Ley de Seguridad Pública y al 81 de la Ley Orgánica de la Fiscalía están a la espera de su aprobación por el Ejecutivo Estatal.

Las reformas aprobadas establecen que los elementos que sean despedidos no podrán ser reinstalados y en el caso de que el despido o remoción resulte injustificado, el Estado sólo estaría obligado a pagarles  –sin importar su antigüedad– una indemnización equivalentes a 3 meses de su sueldo base y el proporcional de hasta un máximo de 12 meses de sus prestaciones.

La justificación de los diputados viene por un lado, de la aparente necesidad de homologar las leyes locales con lo que establece el Artículo 123 de la Constitución Federal y por otro, por los recientes casos de involucramiento de elementos policiacos con el crimen organizado.

Sin embargo, lo previsto en la Constitución federal transgrede los derechos humanos y los tratados internacionales y además, parece que los diputados de Nuevo León ignoran que lo establecido en la Constitución Federal está por eliminarse en el Senado de la República. Llama también la atención, que urgan la homologación en este sentido, pero ignoren otras, como es el caso del matrimonio igualitario.

Por otro lado, la decisión no resuelve el problema de la posible colusión de los elementos con el crimen, pero sí discrimina y criminaliza injustamente a una de las profesiones del servicio público más importantes. La no reinstalación y sobre todo, el hecho de que esta suceda sin importar si el despido resulta injustificado, hace de los policías y cuerpos de seguridad “ciudadanos de segunda” sin los mismos derechos laborales que todos los demás nuevoleoneses.

El mensaje que se da a las instituciones policiacas en medio de una crisis de seguridad es grave; les exigimos todo mientras limitamos sus derechos.

Ser un policía en México no es sencillo. No sólo se arriesga la vida todos los días sino que un elemento despedido, por la razón que sea, difícilmente encontrará otro lugar de trabajo. Con su formación, experiencia y conocimiento en seguridad ¿a dónde irá un policía sin posibilidad de encontrar trabajo?

Para contar con policías honestos y limpios hay que fortalecer la institución, no debilitarla. Hay que apostar por su formación, por su capacitación, pero sobre todo, por su seguridad y estabilidad laboral. Por eso le pido al Gobernador de Nuevo León, Samuel García, por nuestra seguridad y por nuestra institución de seguridad, vetar las reformas. Nuestras vidas están en sus manos.