Al igual que los grandes equipos cuentan con los recursos para adaptarse a los retos de un partido difícil, los constructores tenemos que desarrollar habilidades para afrontar la problemática que se presenta en cada partido.
Si bien en mi anterior colaboración les compartía que Nuevo León tiene este 2022 una inversión en obra pública como no se había visto en muchos años, también es un hecho que esto no lo es todo para alcanzar la recuperación.
Al igual que el resto de los sectores y de la sociedad en general, tenemos que sortear diariamente los obstáculos que impone la pandemia que vivimos desde hace casi dos años, entre estos, el aumento en el precio de los materiales.
La inflación que estamos padeciendo en el sector de la construcción está 10 puntos por arriba de la inflación general del País.
Esto va a mermar los presupuestos para obra pública y privada, y se verán incrementos en el precio del la construcción en general: casas, hospitales y carreteras nuevas, por ejemplo.
A ello tenemos que agregar a nivel local el incremento a los productos que utilizan la caliza como insumo.
Esto debido a que tendrán que pagar el llamado impuesto “verde” por contaminar.
Para evitar este gravamen que vuelve más complejo el panorama para la construcción, hemos hecho un llamado a las autoridades competentes para que exenten de este cobro a las empresas que han invertido en procesos amigables con el medio ambiente.
Es indispensable impedir que la aplicación de este impuesto provoque alzas generalizadas en estos productos.
Los que no contaminen no deben de pagar este impuesto, así la sociedad y nuestro sector puede ganar el juego de ida y vuelta, NO CONTAMINAMOS Y NO SE AUMENTA EL PRECIO DEL MATERIAL.